Digno de mención resulta el papel que jugó y juega la cultura europea en Argentina y, concretamente, la italiana y francesa.
Por parte de Italia no solo sacamos léxico, costumbres y gastronomía, sino también arte, y especialmente literatura. Pero si en arquitectura se refiere, Argentina se empapó del Renacimiento Francés, así como de la forma de interpretar los fundamentos clásicos del ‘arte de construir’. Esto deriva de dos fuentes:
En primer lugar, la importancia que tuvo y tiene la Escuela de Bellas Artes de París, así como del École Nationale Supérieure d’Architecture de Paris-Belleville, donde muchos argentinos obtuvieron su título como arquitectos a lo largo de los años.
En segundo lugar, la conexión especial que se estableció en el S. XIX entre tres ciudades enormes en cuanto a arte: París, Barcelona y Buenos Aires, de donde emergerían amistades y contactos entre la bohemia de cada ciudad (nombres destacables serían Ramon Casas, Erik Satie o Julio Cortazar, entre otros), atrayendo intensamente a remobrados arquitectos franceses a BB. AA. como Rene Sergent, Charles Thays o Norbert-Auguste Maillart.
Esta anexión cultural daría paisajes urbanos tan parisinos como los encontrados en Palermo, Recoleta o, en menor cantidad, Caballito, dejando siempre lugar a la arquitectura nacional de barrios como La Bocas o San Telmo.
En conclusión, Buenos Aires conservo en plena urbe los elementos de una arquitectura de afluentes diversos con los más tradicionales, viéndose ciertamente destruida esta relación con la aparición de estilos internacionales, viendo construcciones de Le Corbusier, verbigracia, en la ciudad de La Plata.
Bibliografía:
⨁ https://www.gatewaytosouthamerica-newsblog.com/arquitectura-francesa-en-buenos-aires/?lang=es
⨁ https://www.buenosaires.gob.ar/sites/gcaba/files/la_arquitectura_francesa_en_buenos_aires.pdf