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‘Atmósferas’ – Peter Zumthor

¿Por qué has elegido este lugar?

Considero el salón de un hogar la representación más pura o fiel de una persona o una familia, mostrando en este costumbres, tradición, cultura y folclore del país de procedencia inclusive.

Recuerdos, horarios o hobbies se proyectan en un espacio destinado a estar gran parte del día, enseñando fotografías, cuadros, libros, vinilos, gustos decorativos en cuanto a mobiliario si la casa es propia, entre otras cosas.

Además, la funcionalidad y las tradiciones impartidas en estos varian adimensionalmente si uno se situa en el barrio de la Boca (Buenos Aires), Leith (Escocia) o Akita (Japón).

¿Que te hace sentir a gusto?

La sensación de luminosidad constante a lo largo del día, dada por un gran ventanal, y unas paredes blancas que crean armonicidad con el suelo, de un marrón grisceo, establenciendo un ambiente especialmente acogedor.

El único pilar acá situado no es bruscamente acaparador, pero tampoco meramente sutil (hecho que me produce un pensamiento de inutilidad cuando se presentan pilares casi imperceptibles en cuartos, los cuales parecen hechos más para dificultar el posicionamiento de muebles que para transportar una carga).

Es un espacio simple, casi simétrico y luminoso, además de funcional y familiar.

Entrada al salón

¿Existe algún elemento disruptor?

Al acceder, lo más llamativo es sin lugar a dudas el barroco espejo situado en la pared frontal a la puerta, el cual a mi gusto no encaja lo más mínimo con algo del salón.

Las amorfas simulaciónes de cónicas parecen casi orugas emergiendo de la pared si la vista le falla de noche, y el tamaño es incomodamente descomunal. Más que un elemento disruptor, es una maldición que debe llevar esa pared.

¿Crees que te sentirías de igual modo en otro espacio ahora mismo?

Desde luego que sí. Pero un ambiente no solo se rige por su estructura y simetría, sino por su contexto.

De estar acompañado en este momento la sensación sería distinta, y más aún dependiendo de quien esté. Si la noche invadiese este ambiente ya habría ruido de los bares y tal vez no sería tan acogedor. De no barrer y limpiar todos los días la fragancia a perfume y el parquet limpio sería inimaginable.

El coContextualizaciónntexto a veces es más importante que la obra. No es lo mismo ver ‘Cinema Paradiso’ en el móvil mientras vas en el metro, a verla en un home-cinema, o escuchar ‘Echoes’ de Pink Floyd en el altavoz del portátil a escucharlo en un equipo de audio bueno.

¿Crees que las condiciones de este espacio influyen sobre sus ocupantes?

Por supuesto, y más las condiciones en las que mantenemos el espacio y este nos recibe.

Cuando truene será un ambiente distinto, y no solo influyen los factores externos, porque si la pintura estuviese descascarada, también sería otra cosa, o si el espejo gigante no estuviese, e incluso si la pared fuera magenta y no blanca. Todo lo que ofrezca un cuarto, sin importar sus medidas, determina nuestra actitud en este.

¿Como?

Espejo disruptor

En mayor o menor medida, o positiva o negativamente, el salón tendrá también un temperamento distinto de venir de caminar una hora bajo la lluvia, de haber estado toda la tarde en un atasco, o de haber encontrado al amor de tu vida. Nuestra condición afecta como percibimos el espacio, y a veces no podemos apreciar joyas artísticas dados aconecimientos recientes. No veremos de igual modo el Museo del Agua de Buenos Aires el día que hayamos suspendido Fundamentos de la Arquitectura que aquel día que nos compramos un nuevo cuaderno de dibujo y encima nos sobró para un helado.

¿Cambiarías alguna cosa?

Sin lugar a dudas, el ‘brobdingnagriano’ espejo del salón sería lo primero que sacaría de este cuarto, pero tal vez cambiería la pintura de una de las paredes por el simple hecho de hacer de la sala más ‘unisona’, pero en sía tiene una estructura simple y considerablemente simétrica, por lo que no tiene demasiado misterio.

Vista del salón